ESTUDIAR PARA DESPERTAR
Pedro Aranda Astudillo
Puede amanecer y sigo durmiendo.
Depende de los compromisos que tenga, me levanto por mi propia voluntad o contra mi voluntad.
No falta una tercera alternativa: la situación de sonámbulo.
Hoy todo llama a ser emprendedor, vale decir realizar mis decisiones.
El entusiasmo también dependerá si me identifico, me gusta la tarea que desempeñaré.
¿ Para estudiar ? también dependerá si me identifico con lo que estudie. Considero que éste es el punto crítico que muchas veces falta.
¿ Qué es lo que realmente me mueve a estudiar ?.
Si despierto mi amor por el saber, todo lo demás viene por añadidura.
El sentido de la curiosidad magnetiza el conocimiento.
Pero, parecería como dice Antonio Machado, que la vida cotidiana es pasar , correr con el tiempo o soñar lejanos futuros, y entonces proclama : “ lo más importante es:
¡ Despertar ! ” .
Platón con su alegoría eternizada planteaba que mientras estemos en nuestras cavernas (encerrados en nuestros paradigmas) no podremos salir a ver la luz de las realidades y seguiremos pisándonos unos a otros, caminando cual sonámbulos.
El Emperador romano Adriano Augusto escribió un aserto reluciente:
“El verdadero lugar del nacimiento es aquel donde por primera vez nos miramos con una mirada inteligente”.
Nuestra cuna cultural greco latina llamaba al saber “scientia” – ciencia, y mandaba:
“ Conócete a ti mismo ”.
Por esto, en la más estricta lógica “la ciencia sin sujeto no tiene objeto”.
La persona se adentra en la naturaleza de las cosas, las descubre y con ellas también se descubre sus propias potencialidades.
“ La vida es un pez preparada para ser pájaro ”, versaba P. Neruda.
El corazón inteligente alada a la materia, la transparenta : en las manos del artesano, del científico, del técnico, del artista, en las habilidades deportivas, y, de aquellos que expresan palabras como semillas que fecundan las vidas humanas.
Todos adiestran, acrisolan sus talentos y se suman a la obra creadora que partió en aquel “ big bang ”.
En estas páginas, primero te expongo cuáles son mis vivencias e ideas incorporadas que son como mi sangre circulando por todo el texto.
Luego ausculto el clima de las condiciones valóricas que respiramos y que nos influyen directamente en nuestro rendimiento como estudiante.
Si las desvelamos en reflexiones personales, las dialogamos, despejaríamos las brumas que nos aploman la disposición a estudiar.
El árbol requiere de la calidad de la tierra, del abono, de su entorno para fortificar sus raíces y sus frutos.
Tus talentos para que los desarrolles, necesitas tú también visualizar lo que te rodea, y puedas asumir, protagonizar tu desarrollo.
Enseguida te participo de mis reflexiones sobre lo que son nuestros ojos.
“Ver para renacer”. Ver para estudiar, estudiar para ver.
También es para que lo converses, “como vemos, somos”.
Veo con el color de mis cristales, cristales que son yo mismo.
Continúo en mostrarte que estudiar no es para complacer a la familia, a la sociedad, ni siquiera para “sacar” buenas notas y desvelarse para subir unas décimas ( ¡ unas décimas han marcado destinos ! ).
El deportista que juega más mirando el tablero de sus puntajes, que entregarse al juego mismo, su rendimiento será mínimo.
Nuestro eximio pianista Claudio Arrau decía que se olvidaba del público durante sus conciertos.
Es ni más ni menos la actividad que me permite protagonizar mi vida.
Necesito respirar para vivir, ( nadie puede respirar por mí, la respiración artificial es sólo para que yo recupere mi autonomía ), pues bien, estudiar es oxigenarme para comprender mi universo, comprender el incansable trabajo humano que ahora me permite disfrutar de sus progresos.
Mientras más estudie, más caminaré por el mundo con mis propias piernas, más podré retribuir lo que he recibido.
Sembrar mi inteligencia, fraguar la voluntad de mi alma,
profundizar mis experiencias, enriquecer mis relaciones humanas son para hoy y mañana los nutrientes imperecederos.
Vaya nuestra profunda admiración hacia personas que con carencias de recursos han sido y son luces para su sociedad.
Valga recordar un Beethoven cuya sordera no le impidió penetrarnos y sublimarnos con su música.
Un Stephen Hawkins con su casi total inmovilidad nos hace llegar su acerbo científico.
De ellos aprendemos y de muchas personas que, es el cultivo y la riqueza interior, la savia del existir humano.
Pero, lo más interesante no es la espectacularidad, es que tú seas quien lleve tus riendas de tu cabalgadura. La vida se juega de instantes en instantes.
No ser objeto del futuro, me preparo “para cuando llegue a ser grande”.
¿Quién puede asegurar que vivirá mañana, o en algunas horas más?.
Llegar a ser empieza aquí y ahora, así somos sujetos del futuro, así atraemos el futuro, empezamos a vivirlo en nuestras venas, en nuestro presente.
Te dejo dos capítulos con orientaciones precisas y concretas de cómo estudiar, cómo aprender a aprender, cómo asimilar lo que aprendas.
Comer sin digerir no sirve, estudiar sin procesar internamente lo que estudio es no dejarle raíces a mi aprendizaje .
También te transfiero mis experiencias cuando mis ex – alumnos pioneramente estudiaban en equipo: es fundamental acordar y responsabilizarse de los procedimientos para estudiar en equipo.
Aprender a complementarse, a tejer trabajos con los demás, nos despiertan los valores que nuestra sociedad hoy necesita, y que por sus carencias, predomina más la competencia que la colaboración.
Mis páginas finales son mis reflexiones sobre lo que son nuestras manos.
Los griegos decían que el ser humano es inteligente porque tiene manos o porque tiene manos es inteligente.
No son pocos los hechos de nuestra civilización por los cuales el potencial de nuestras manos pudieran atrofiarse ante el reinado de las mediatizaciones tecnológicas y de la virtualidad
Te deseo que estas páginas te ayuden a forjar tus propias herramientas para erguirte en el mundo.
Pero, es esencial que des un paso más. Nuestros ojos, nuestro espíritu son para ver más allá de nuestros horizontes, ver más allá de las cosas que habremos podido obtener .
No son pocas las personas que han llegado a las cimas de sus aspiraciones, para luego transitar en un laberinto desolador.
La sed ser , nuestra sed del espíritu es de otras aguas.
En este maravilloso planeta vivimos tan pocos años comparados con los millares de millares de siglos que nos anteceden: Sea hoy mi despertar con la vida misma.
Participar de la conciencia del universo, de su orgánica armonía es el más gratificante derecho y deber de cada uno.
Nuestra responsabilidad social y de enseñarnos mutuamente sea acorde al concierto íntimo de la naturaleza.